Pero mientras Alex desliza sus manos por el cuerpo desnudo de Sophia, deshaciendo los nudos, Sophia admite que le duele mucho la espalda porque su marido la obliga a hacer todas las tareas del hogar. Sin embargo, Sophia ignora esto e insiste en que así son los matrimonios. Pero cuando Alex le ofrece la oportunidad de dejarse llevar y divertirse un poco para experimentar lo que es ser cuidada de verdad, Sophia todavía duda un poco. Sin embargo, cuando las manos de Alex comienzan a vagar más hacia el sur, Sophia se calienta cada vez más…