Sin embargo, cuando Petra lo mira, insiste en que es sólo para un masaje de SOLTERO. Está claro que tienen mucha tensión entre ellos mientras discuten obstinadamente frente a Petra, obviamente sin importarles el espectáculo que están montando. Para detener las discusiones, Petra sugiere que ella misma les dé a AMBOS un masaje, aunque se estirarán un poco ya que tiene que dividir su atención entre ellos. Poco a poco, las esposas empiezan a relajarse, aunque son demasiado testarudas para admitir que les gusta el masaje. A Petra le resulta divertido, aunque no le gusta ver a las esposas enojadas entre sí.