Maggie, de vuelta en casa tras un verano en la universidad, organiza una fiesta de cumpleaños para reencontrarse con sus amigas del instituto, incluyendo a la chica de la que está enamorada, Morgan. Aunque dice ser heterosexual, Maggie oculta su orientación sexual y su relación secreta con Jemma, quien la ayuda a prepararse para la fiesta. La situación se complica cuando Morgan llega con su novia, Kate, dejando a Maggie desilusionada. A medida que avanza la fiesta, incluyendo un juego de la botella que intensifica su tristeza, Maggie se siente más sola y busca una excusa para alejarse. Con la llegada de pizza, una pregunta del repartidor recuerda a Maggie lo mal que ha ido la reunión.